La suspensión de exportaciones de tierras raras por parte de China enciende las alertas globales y abre paso a Australia como proveedor confiable de minerales críticos.
En abril de 2025, China interrumpió el envío al exterior de tierras raras y magnetos, materiales esenciales para industrias como la automotriz, aeroespacial y de defensa. Esta decisión, enmarcada en la escalada de tensiones comerciales con el gobierno de Donald Trump, encendió las alarmas a nivel global debido a la fuerte dependencia internacional de estos recursos, dominados casi en su totalidad por el gigante asiático.
Con alrededor del 90% de la oferta global de tierras raras bajo su control, la medida de China impactó directamente a fabricantes como Tesla, BMW y Ford, cuyas cadenas productivas quedaron vulnerables ante la escasez. Esta crisis aceleró la búsqueda de fuentes alternativas para asegurar el abastecimiento de minerales críticos.
En este escenario, Australia ha emergido como un socio confiable para cubrir parte de la demanda global. El ministro de Comercio, Don Farrell, señaló que el país oceánico cuenta con amplias reservas de minerales como litio, cobalto y tierras raras, y está dispuesto a desempeñar un rol clave en su suministro global. Para ello, planea fortalecer su capacidad de procesamiento interno, aunque necesitará atraer inversiones extranjeras.
Durante 2024, Australia firmó un acuerdo de cooperación con la Unión Europea centrado en el desarrollo conjunto de cadenas de suministro sostenibles para minerales críticos. Este convenio incluye extracción, refinación y reciclaje, con el objetivo de respaldar las metas climáticas del bloque europeo hacia 2050. Farrell también propuso que estos recursos formen parte del tratado de libre comercio que actualmente negocia con la UE.
Además, Australia ha intensificado relaciones bilaterales con países estratégicos como Estados Unidos, India, Japón, Corea del Sur, Canadá y Singapur. Su estabilidad política y el cumplimiento de altos estándares ambientales y sociales refuerzan su perfil como proveedor seguro, en un contexto donde la seguridad de suministro se ha convertido en prioridad para las grandes economías del mundo.
