El Perú dio un paso decisivo en el fortalecimiento de su capacidad científica, tecnológica y sanitaria con la puesta en operación del incremento de potencia del reactor nuclear RP-10, ubicado en el Centro Nuclear de Huarangal. El hito fue encabezado por el ministro de Energía y Minas, Luis Bravo, junto al presidente del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), Rolando Páucar, y marca un avance estratégico en el uso pacífico de la energía nuclear.
Con la ampliación de la potencia del reactor de 4 a 10 megavatios (MW), el país no solo amplía sus capacidades productivas y de investigación, sino que se consolida como uno de los dos principales referentes en desarrollo nuclear en América Latina, fortaleciendo el rol de esta tecnología dentro de la matriz energética nacional.
Durante la ceremonia, el titular del MINEM resaltó que este avance permitirá diversificar la producción de radiofármacos, fundamentales para el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades oncológicas, así como ampliar la investigación científica aplicada. “Este incremento de la potencia del reactor nuclear es el resultado de una política pública seria y sostenida que apuesta por la tecnología con impacto positivo en la vida y la salud de los peruanos”, afirmó Bravo.
El reactor RP-10 cumple un rol estratégico para el país al estar orientado principalmente a la producción de radioisótopos médicos, además de ofrecer servicios especializados como el análisis por activación neutrónica y la irradiación de neutrones, utilizados en sectores clave como salud, industria, minería y seguridad.
Gracias a los trabajos de mantenimiento, modernización y actualización tecnológica, el Perú ahora está en capacidad de operar el reactor a mayores niveles de potencia, lo que habilita la producción de nuevos radiofármacos de alto valor médico, como el Lutecio-177, utilizado en tratamientos avanzados contra el cáncer de próstata y enfermedades endocrinas. Este avance refuerza la soberanía sanitaria, al reducir la dependencia del país de insumos importados para la atención médica especializada.
Un aspecto destacado del proyecto es que fue ejecutado íntegramente por profesionales peruanos del IPEN, evidenciando el alto nivel técnico y el compromiso institucional del equipo nacional. En ese marco, se resaltó la participación de Yaela Beraun, primera ingeniera operadora del IPEN, como un símbolo del rol creciente de las mujeres en sectores estratégicos y altamente especializados.
Con este logro, el Estado reafirma su apuesta por la innovación científica y tecnológica, sentando bases sólidas para el desarrollo sostenido de la energía nuclear como una herramienta segura, pacífica y al servicio del bienestar de la población.
