El Perú se encuentra al borde de una crisis energética. La acelerada tasa de consumo de petróleo y gas natural, sumada a la disminución de la exploración de nuevos yacimientos, ha llevado a una alarmante reducción de las reservas nacionales. De acuerdo con información proporcionada por Perupetro al 31 de agosto, el país contaba con solo cinco contratos exploratorios, luego de que la empresa Petro Bayovar Inc. devolviera al Estado el Lote XXVII, en la costa norte, debido a conflictos sociales que la compañía no pudo superar. Esto marca la cifra más baja de contratos exploratorios en más de 30 años, lo que agrava la situación.
La principal causa de esta problemática es la falta de inversión en exploración. Diversos factores, como la conflictividad social, la demora en los trámites ambientales y las altas regalías, han desincentivado a las empresas a invertir en la búsqueda de nuevos yacimientos.
Carlos González, director gerente de Enerconsult S.A., explicó que el conflicto en el Lote XXVII surgió por disputas entre las comunidades locales, quienes exigían ser reconocidas por la empresa. Esta situación, que se mantuvo en condición de fuerza mayor desde 2016, llevó a la devolución del lote, profundizando la caída en la cantidad de contratos exploratorios.
Actualmente, los únicos contratos activos corresponden a los lotes 107 (en la selva) y XXIII (en la costa noroeste), operados por Upland Oil & Gas, y los lotes offshore Z-61, Z-62 y Z-63, a cargo de Anadarko, en el mar frente a la costa norte. A pesar de esto, en julio solo había dos pozos exploratorios en perforación en la costa y ninguno en el resto del país.
Aurelio Ochoa, ex presidente de Perupetro, señaló que, a este ritmo, el país podría quedarse sin producción local de petróleo en seis o siete años, y sin gas natural en diez años. Ochoa atribuyó esta situación a la falta de promoción agresiva del potencial hidrocarburífero del Perú y a la inestabilidad política.
Mientras tanto, Colombia, con una geografía similar a la de Perú, perfora entre 14 y 20 pozos exploratorios mensuales, en contraste con la casi nula perforación en territorio peruano durante los últimos años.
González también señaló que, además de la falta de promoción y la incertidumbre política, otros factores que desincentivan la inversión exploratoria en Perú incluyen las altas regalías que se cobran a las empresas, la inseguridad en la operación del Oleoducto Norperuano, y los trámites burocráticos prolongados para la aprobación de permisos ambientales.
De no cambiar el panorama actual, el país se enfrentará a un desafío energético que afectará su capacidad para autoabastecerse de combustibles y podría tener graves consecuencias para su economía.