“El cambio climático es probablemente el desafío más importante que enfrentamos como sociedad. Esto nos lleva a repensar las estrategias a largo plazo, y una de ellas es la transición energética. En este contexto, la minería juega un papel crucial, ya que los minerales estratégicos son los que permitirán avanzar hacia esa transición”, señaló Lies Linares, gerente de Gestión Ambiental de Rio Blanco Copper, en PERÚ ENERGÍA Norte.
Durante el conversatorio “Compromisos y acciones para una industria minera más sostenible”, afirmó que la actividad minera debe ser responsable en todas sus etapas y áreas para mitigar los efectos del cambio climático, buscando reducir al mínimo el impacto ambiental, promover el uso eficiente de los recursos naturales, respetar los derechos de la población y conservar las áreas naturales donde se lleva a cabo.
“Zijin Mining es una empresa transnacional de capital chino, con más de 30 años en el mercado, y se encuentra entre las diez principales compañías de cobre a nivel mundial. Tiene más de 30 operaciones en 15 países de diferentes continentes. Con vistas a la transición energética, uno de sus objetivos es alcanzar una participación del 30% de energías renovables en sus operaciones”, detalló la especialista.
Indicó que Rio Blanco, un proyecto cuprífero de US$ 2,700 millones ubicado en la provincia de Huancabamba, región Piura, se encuentra en la fase de factibilidad, en la que se están definiendo los últimos estudios técnicos de los modernos componentes de la mina, procesos tecnológicos y planes de mitigación, además de trabajar en el relacionamiento con las comunidades.
“Otro de los compromisos de Zijin Mining con Rio Blanco es la gestión del agua. La empresa apuesta por una infraestructura gris para almacenar y tratar el recurso hídrico, manejar la erosión de suelos en las zonas altas, recuperar ecosistemas frágiles y construir reservorios y presas. Nuestra intención es enfrentar las consecuencias del cambio climático”, destacó la gerente de Gestión Ambiental, Lies Linares.
Comentó que uno de los objetivos clave para poner en marcha el proyecto cuprífero es lograr el consenso social, lo cual requiere mantener un diálogo abierto con las comunidades, informarles sobre las características de la futura unidad minera e interiorizar los beneficios que traerá para todas ellas.