La decisión de aplicar tarifas a los lingotes de oro refinados en Suiza dispara precios en Nueva York y amenaza con reconfigurar el comercio mundial del metal.
La reciente imposición de aranceles de Estados Unidos a lingotes de oro de un kilo y 100 onzas ha generado un alza histórica en los futuros del metal en Nueva York. La medida, derivada de las políticas comerciales de la era Trump, obliga a los operadores a replantear rutas y estrategias en un mercado que mueve miles de millones a escala global.
Impacto inmediato en precios y comercio
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) confirmó que estos lingotes quedan sujetos a gravámenes recíprocos, corrigiendo la creencia de que estaban exentos. Esta aclaración sorprendió a la industria y provocó que los precios en Nueva York superaran en más de US$100 por onza el valor de referencia en Londres, uno de los principales centros de comercio y refinado junto con Hong Kong.
Las implicaciones son amplias: las exportaciones desde Suiza, un actor clave en el suministro a EE.UU., podrían reducirse drásticamente. También crece la incertidumbre sobre si los lingotes de 400 onzas, base del comercio londinense, recibirán el mismo tratamiento arancelario.
Efectos a largo plazo y tensión diplomática
Expertos como Joni Teves, estratega de UBS AG, advierten que “hasta que no haya claridad, esperamos que el mercado del oro y los metales preciosos en general sigan muy nerviosos”. Algunos operadores sugieren que podría tratarse de un error de clasificación o una mala interpretación que acabe en disputas legales.
La medida ya ha provocado que refinerías de Asia y Suiza congelen envíos a Estados Unidos, mientras la presidenta suiza, Karin Keller-Sutter, intenta sin éxito revertir el arancel más alto impuesto a un país desarrollado. La situación añade presión a un año volátil para el oro y plantea interrogantes sobre la viabilidad del contrato de futuros de la CME en un contexto de capacidad de refinado limitada en EE.UU.