La emblemática empresa argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), clave en la estructura energética del país y motor del desarrollo de hidrocarburos no convencionales, enfrenta un nuevo capítulo judicial tras un fallo emitido este lunes por la jueza Loretta Preska en Nueva York. La magistrada ordenó al Estado argentino transferir en un plazo de dos semanas su participación del 51% en YPF a un banco neoyorquino, como parte de una sentencia por un millonario litigio. El Gobierno de Javier Milei anunció que apelará esta decisión.
YPF, creada por el Estado argentino el 3 de junio de 1922, fue una de las primeras compañías estatales integradas verticalmente en el mundo e inspiró la creación de otras petroleras, como Petrobras en Brasil. Es la mayor productora de petróleo y gas de Argentina, y figura entre las más destacadas del mundo en el desarrollo de hidrocarburos no convencionales.
En los años 90, en el marco de las privatizaciones impulsadas por el presidente Carlos Menem, YPF pasó a ser una sociedad anónima y fue adquirida mayoritariamente por la española Repsol en 1999. Posteriormente, el grupo argentino Petersen, cercano al entonces presidente Néstor Kirchner, compró un 14.9% en 2007 y un 10% más en 2011. En 2012, el Gobierno de Cristina Fernández expropió a Repsol el 51% de la compañía, argumentando falta de inversión por parte de la empresa española. Argentina le pagó a Repsol US$ 5,000 millones en bonos en 2014 para cerrar el conflicto.
Sin embargo, la nacionalización derivó en nuevos litigios. En 2015, las firmas Burford Capital (Reino Unido) y Eton Park (EE. UU.) compraron los derechos de litigio del grupo Petersen y demandaron al Estado argentino por no haber lanzado una oferta pública por las acciones restantes. En 2023, Preska falló a favor de los demandantes y condenó a Argentina a pagar US$ 16,100 millones. El fallo de este lunes busca ejecutar dicha sentencia con la entrega de las acciones del Estado en YPF.
Mientras enfrenta esta disputa judicial, YPF continúa siendo la columna vertebral de la matriz energética del país. Tras la renacionalización, la empresa ha incrementado significativamente sus inversiones, las cuales alcanzaron los US$ 5,041 millones en 2024. Su foco principal es Vaca Muerta, una de las mayores formaciones de hidrocarburos no convencionales del mundo, descubierta en 2011 y que hoy aporta el 55% del crudo y el 50% del gas que produce Argentina.
YPF lidera el desarrollo masivo de esta zona, cuyos recursos han permitido revertir el déficit de la balanza energética del país. La empresa posee activos por US$ 29,714 millones, un patrimonio neto de US$ 11,908 millones, tres refinerías que representan la mitad de la capacidad nacional de refinado, una extensa red de estaciones de servicio, participación en oleoductos y distribución de gas, así como proyectos de energías renovables.
En 2024, YPF registró una ganancia neta de US$ 2,393 millones, revirtiendo las pérdidas de US$ 1,277 millones en 2023, gracias al crecimiento sostenido de su actividad en Vaca Muerta y al impulso de exportaciones de petróleo y gas licuado, en alianza con otras empresas del sector. Su rol estratégico para la economía y soberanía energética de Argentina vuelve a quedar en el centro del debate, en medio de una compleja disputa legal internacional.