La transición energética global abre una ventana de oportunidades para el desarrollo económico del Perú, según el reciente informe del Banco Mundial (BM), Perú: aprovechando las oportunidades para el crecimiento y la prosperidad. De acuerdo con el organismo internacional, el país tiene el potencial de acelerar su crecimiento económico hasta un 5% anual en el período 2024-2050 si implementa reformas estratégicas y aprovecha sus recursos de manera eficiente.
El auge del cobre y su impacto en la economía
Uno de los factores clave en esta proyección es la creciente demanda de minerales estratégicos, impulsada por la expansión de las energías renovables y la electromovilidad. Como segundo mayor productor mundial de cobre, el Perú se encuentra en una posición privilegiada para capitalizar este auge.
Las estimaciones indican que la demanda mundial de cobre se duplicará en las próximas dos décadas, lo que obliga a una expansión significativa de la producción minera. Para mantener su competitividad en el mercado global, el país tendría que duplicar su producción actual, un reto que conlleva grandes oportunidades, pero también desafíos en términos de sostenibilidad y desarrollo territorial.
Hacia una minería sostenible y competitiva
Para que el país aproveche al máximo este potencial, el Banco Mundial enfatiza la necesidad de adoptar un modelo de «minería climáticamente inteligente». Esto implica desarrollar una estrategia que permita mantener el liderazgo en la producción de minerales críticos, al tiempo que se reduce la huella ambiental de la industria. Entre las acciones prioritarias destacan:
- Descarbonización de la cadena de valor minera para reducir emisiones.
- Mejoras tecnológicas en el procesamiento de minerales para aumentar la eficiencia.
- Reducción del impacto ambiental en el uso de agua, energía y residuos.
- Garantía de derechos humanos y desarrollo territorial en zonas mineras.
Perspectivas económicas y desafíos a futuro
Proyecciones del BM sugieren que, en un escenario de cero emisiones netas, los precios del cobre podrían incrementarse más del 60% respecto a los valores actuales. Sin embargo, el impacto real en la economía peruana dependerá de la implementación de políticas fiscales efectivas, inversiones en infraestructura y mejoras en la productividad del sector.
