Las nuevas tecnologías transforman el sector con automatización, monitoreo en tiempo real e inteligencia artificial
La digitalización ha impulsado una transformación profunda en la minería subterránea. Gracias a los avances tecnológicos, la gestión de flotas y operaciones ha evolucionado, permitiendo un incremento en la productividad, la reducción de costos y una mejora importante en la seguridad.
Uno de los pilares de esta revolución es la implementación de sensores y dispositivos «Internet de las Cosas» (IoT) en equipos y vehículos, los cuales recopilan datos en tiempo real sobre su ubicación, rendimiento y estado mecánico. A esto se suman los sistemas de monitoreo y control remoto, que permiten supervisar las condiciones de los equipos a distancia, optimizando su uso y reduciendo tiempos muertos.
La automatización también juega un papel clave. La incorporación de vehículos autónomos y sistemas de control automatizado mejora la eficiencia operativa y minimiza la exposición de los trabajadores a entornos de alto riesgo. Paralelamente, el uso de Big Data y analítica avanzada permite analizar grandes volúmenes de información para identificar patrones de fallas, optimizar rutas y mejorar la toma de decisiones.
Otra tecnología disruptiva es la inteligencia artificial, que facilita la predicción de fallos mecánicos y la gestión del mantenimiento predictivo, además de contribuir a una planificación de producción más eficiente. Todo esto se complementa con una infraestructura de conectividad robusta, basada en redes Wi-Fi, LTE y 5G, que garantiza una comunicación fluida dentro de las minas y permite la integración de todos estos sistemas.
Sin embargo, la digitalización no solo implica avances tecnológicos, sino también debe ir de la mano de una necesidad de capacitar a los trabajadores para que puedan adaptarse a estas nuevas herramientas y mejorar su desempeño en un entorno nuevo y digitalizado.