La demanda de petróleo de China, la segunda economía mundial y tradicionalmente uno de los mayores consumidores de crudo, está experimentando una desaceleración significativa. Esta tendencia, impulsada por factores económicos, tecnológicos y geopolíticos, está generando un profundo impacto en el mercado energético global.
Durante los primeros siete meses de este año, la demanda implícita de petróleo en China ha sido casi un 2% inferior en comparación con el mismo periodo del año pasado. Este descenso ha influido en la baja de los precios del crudo a nivel mundial. Las importaciones de petróleo de China han caído un 3,1%, una cifra que, aunque parezca modesta, tiene grandes repercusiones dada la importancia de China en el mercado global, representando más de una décima parte de la producción mundial de petróleo.
Entre los proveedores de petróleo a China, Irán, operando bajo la apariencia de «Malasia», se ha convertido en el mayor proveedor marítimo, mientras que Rusia, el mayor proveedor global, ha visto disminuir sus ventas. Otros países como Irak, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Estados Unidos y Kazajistán también han experimentado caídas en sus volúmenes exportados, con excepción de Omán y Angola, que registraron incrementos.
Tres factores principales están detrás de la débil demanda china de petróleo:
- Cíclico: La recuperación post-Covid impulsó un fuerte crecimiento en 2022, pero este impulso se ha agotado, afectando la demanda de petróleo.
- Estructural: La economía china enfrenta desafíos significativos, como la desaceleración del crecimiento, el estallido de la burbuja inmobiliaria y barreras crecientes a las exportaciones. Esto ha reducido la demanda de diésel, especialmente en sectores como la construcción y el transporte de mercancías.
- Tecnológico: El avance de las tecnologías limpias está desplazando al petróleo. El gas natural licuado (GNL) está sustituyendo al diésel en vehículos pesados, mientras que las ventas de automóviles eléctricos e híbridos en China continúan creciendo rápidamente, lo que reduce la demanda de gasolina. La proporción de vehículos eléctricos en el parque automovilístico chino ha aumentado significativamente, disminuyendo la demanda de gasolina en un 4% en el último año.
Si bien la demanda de petróleo en China seguirá creciendo en los próximos años, se espera que el ritmo de crecimiento sea mucho más lento que en el pasado. A largo plazo, la tendencia hacia una economía más descarbonizada y la creciente adopción de tecnologías limpias plantean un desafío significativo para la industria petrolera.