En la última actualización del Marco Macroeconómico Multianual (MMM), el Gobierno proyectó que la economía peruana crecerá un 3.2% este año y un 3.1% en 2025. Para el período 2026-2028, se espera una expansión del 3%.
Después de que la pobreza aumentara al 29% de la población nacional al cierre del año pasado, afectando a más de 9.8 millones de personas, diversos expertos han señalado que tasas de crecimiento del 3% son insuficientes para revertir esta situación. Además, se destaca la necesidad de una mayor recaudación tributaria, entre otros factores económicos.
Impulso de la inversión minera
El crecimiento anual del 3% entre 2026 y 2028 se explicaría por el incremento de la demanda interna, en parte debido a un mayor gasto privado destinado a la construcción de nuevos proyectos mineros. El MMM detalla que “la inversión minera se verá favorecida, en el horizonte de proyección, por el inicio de construcción de nuevos proyectos mineros con condiciones internacionales favorables e impulsado por mejoras normativas”. Entre los proyectos destacados se encuentran Yanacocha Sulfuros, Michiquillay, Integración de Corccohuayco, Ampliación Ilo, Trapiche y Magistral.
Estado de los proyectos mineros
Sin embargo, el MMM aclara que no toda la cartera de proyectos mineros está en ejecución. El impacto macroeconómico potencial de una mayor inversión y producción minera de proyectos cupríferos es significativo, afectando directamente el empleo, los ingresos laborales, la pobreza y la recaudación tributaria, entre otros.
Perú cuenta con 31 proyectos mineros de cobre valorados en US$40,000 millones, pero solo 7, con un valor de US$8,000 millones, tienen fechas estimadas preliminares. El resto, 24 inversiones por US$32,000 millones, no tiene una fecha definida. Estos proyectos están en diferentes etapas de desarrollo: 7 en proceso conceptual, 9 en pre-factibilidad, 5 en factibilidad, 2 en ingeniería de detalle y 1 en ejecución suspendida. La mayoría de los proyectos (9) se encuentran en la fase de “pre-factibilidad” y acumulan un valor de casi US$13,400 millones. El proyecto en ejecución paralizada es Ariana (Junín) por US$140 millones.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estima que si estos proyectos comenzaran a ejecutarse, podrían aportar 16.1 puntos porcentuales (p.p.) de crecimiento anual a la inversión minera solo en el primer quinquenio (durante su fase expansiva). Además, se proyecta que su impacto sobre la inversión privada y la economía nacional sería de 1.6 p.p. y de 0.4 p.p. adicionales cada año. Según cálculos del Instituto Peruano de Economía (IPE), esto equivaldría a que ingresen US$1,069 millones adicionales anuales a la economía.
Trasfondo
Victor Fuentes, gerente de políticas públicas del IPE, señaló que este escenario de 24 proyectos mineros sin fecha de inicio establecida es crítico y mencionó varios factores que lo explican. En primer lugar, indicó que la tramitología en el sector es un problema, ya que los procesos administrativos en Perú demandan entre tres y cuatro veces más tiempo que en otros países. “No se trata de reducir las exigencias a las empresas, sino que la capacidad del Estado para atender estos procesos sea mayor”, apuntó.
Un estudio del IPE sobre el sector minero muestra que las normas vinculadas a procedimientos administrativos crecieron de menos de 10 en 1991 a 130 hasta 2017. Otro aspecto que dificulta el avance de la cartera de proyectos es la mayor conflictividad social. Fuentes señaló que esto debe abordarse a corto plazo con una gestión eficiente y, a largo plazo, con un uso adecuado de los fondos por canon y regalías. “No hay mejor manera que demostrar los beneficios del sector minero traduciendo los recursos que se generen en bienestar”, agregó.