El proyecto Falchani, ubicado en la meseta de Macusani en Puno, ha retrasado su cronograma y comenzará operaciones en 2028, un año después de lo inicialmente previsto. Ulises Solís, gerente general de Macusani Yellowcake, atribuyó el retraso a obstáculos en la tramitología y cambios en la administración del Ministerio de Energía y Minas (Minem), destacando que el cumplimiento de los plazos dependerá de la eficiencia en los permisos y el apoyo gubernamental.
El proyecto Falchani, con una reserva estimada de 9,5 millones de toneladas de carbonato de litio equivalente, es uno de los yacimientos más prometedores a nivel global. A diferencia de los salares en Bolivia, Chile y Argentina, el litio de Falchani proviene de roca, lo que asegura una calidad superior para baterías de alta tecnología. El avance del proyecto no solo pondría a Perú como un actor clave en la transición energética, sino que también impulsaría el desarrollo económico de comunidades como Isivilla, Quelcaya y Corani.
Impacto social y económico
Macusani Yellowcake ha invertido más de 89 millones de USD en el desarrollo del proyecto Falchani, y se estima que la primera fase requerirá una inversión de 760 millones de USD. Este proyecto es clave para Puno, una de las regiones más empobrecidas de Perú, y podría contribuir significativamente a reducir la pobreza en la zona. Aunque las comunidades locales están interesadas en el avance del proyecto, existen preocupaciones sobre su impacto ambiental y social.
Rol de Gobierno
El nuevo ministro de Energía y Minas, Jorge Luis Montero Cornejo, ha mostrado su compromiso con el avance del proyecto Falchani, programando reuniones clave entre el ministerio y la empresa para asegurar el cumplimiento de los plazos. Ulises Solís destacó la necesidad de reformar las normativas de exploración minera en Perú para atraer inversiones y facilitar el desarrollo de proyectos estratégicos como Falchani.
Perspectivas futuras
A pesar de los retrasos, Falchani sigue siendo un proyecto clave para Perú y el mercado global del litio. Su éxito dependerá de superar los obstáculos actuales y avanzar de manera constante. Con el respaldo adecuado, podría convertirse en un referente en la producción de litio en América Latina, impulsando la transición hacia energías limpias.