En los últimos 12 meses, las decisiones finales de inversión en proyectos de hidrógeno han experimentado un notable incremento, duplicándose en comparación con el año anterior, según un informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE). A pesar de que China domina estas inversiones, representando más del 40% de las mismas, la capacidad instalada y la demanda en el sector del hidrógeno siguen siendo bajas, debido a diversas incertidumbres que frenan el desarrollo de esta industria clave para la transición energética.
La AIE advierte que, si bien las inversiones se han duplicado en el último año, la capacidad instalada y la demanda real de hidrógeno aún son bajas. Además, muchos proyectos se encuentran en etapas iniciales y carecen de las garantías necesarias para garantizar su viabilidad a largo plazo.
La mayoría de los proyectos de hidrógeno aún se encuentran en fases tempranas de desarrollo, y muchos de ellos están en riesgo debido a la falta de señales claras de demanda, dificultades financieras, incertidumbres regulatorias, retrasos en la concesión de permisos y obstáculos operativos. Estas limitaciones ponen en peligro la viabilidad de una industria que, a pesar del impulso inversor, necesita un marco de políticas más claro y apoyo directo para estimular su crecimiento.
La carrera hacia un futuro energético más limpio ha impulsado un crecimiento exponencial en las inversiones en proyectos de hidrógeno. China se ha posicionado como el principal motor de esta tendencia, duplicando las inversiones en el último año. Sin embargo, la AIE advierte que este auge no se traduce automáticamente en una transición energética exitosa.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, enfatizó la necesidad de que los gobiernos y desarrolladores «estudien detenidamente las herramientas para apoyar la creación de demanda, reduciendo los costos y garantizando un entorno normativo claro que incentive nuevas inversiones».
A pesar de que se prevé un crecimiento de la demanda global de hidrógeno de alrededor de 3 millones de toneladas en 2024, esta expansión estará concentrada principalmente en los sectores químicos y de refinado, impulsada por tendencias económicas más amplias y no necesariamente por políticas climáticas bien diseñadas. La mayor parte de la demanda sigue siendo cubierta por hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles, mientras que el hidrógeno de bajas emisiones aún tiene un papel marginal en el mercado.
