La producción de cobre en el Perú, que representa el 30.7% del valor total de las exportaciones nacionales, registró en julio un crecimiento de 2%, acumulando 1.5 millones de toneladas en los primeros siete meses del 2025. Este volumen es 3.3% mayor al del mismo periodo del 2024, según cifras del Ministerio de Energía y Minas (Minem).
Sin embargo, el incremento estuvo concentrado en una sola operación, Las Bambas, mina de propiedad de la china MMG, cuya producción aumentó en 65.7% entre enero y julio, consolidándose como el primer productor nacional con el 15.8% de la producción local.
Concentración del crecimiento
Del total de las diez principales empresas cupríferas, solo cuatro elevaron su producción en lo que va del año: Las Bambas (65.7%), Quellaveco (8%), Chinalco (41.7%) y Marcobre (21.6%). En contraste, seis compañías redujeron su desempeño: Southern Perú (-0.5%), Cerro Verde (-11%), Antamina (-25.9%), Antapaccay (-24.4%), Hudbay (-3.1%) y El Brocal (-8.1%).
Si se excluyera la actividad de Las Bambas, la producción nacional habría caído 3.53% respecto al 2024, alcanzando poco más de 1.3 millones de toneladas.
¿Qué explica las variaciones?
De acuerdo con el Minem, el repunte de Las Bambas se explica por las mejores leyes de cobre obtenido por dicha firma de capitales chinos (leyes que aumentaron en 49.7%).
Según Carlos Gálvez, ex presidente de la SNMPE, la reducción en la producción de varias minas se explica por aspectos como la baja en las leyes del mineral, trabajos de mantenimiento preventivo o ajustes en los planes de extracción. En el caso de Las Bambas, aclaró que el incremento obedece a la recuperación de los niveles de producción previstos con anterioridad, aunque venían postergados.
La mina, que inició operaciones en 2016, alcanzó en 2018 una producción anual superior a 400 mil toneladas, pero en los últimos años enfrentó bloqueos de vías e invasiones que limitaron su rendimiento. Superados esos conflictos, entre enero y julio de este año logró acumular 248,347 toneladas.
Proyecciones para el 2025
Gálvez proyectó que la producción nacional podría culminar el año con 2.8 millones de toneladas, lo que significaría un crecimiento de 3.7% respecto al 2024, aunque sin llegar a los 3 millones que había estimado el Minem. Explicó que gran parte de las inversiones actuales están destinadas a proyectos de reposición de reservas, orientados a extender la vida útil de operaciones como Antamina y, de manera similar, Chinalco.
Respecto a nuevos proyectos, mencionó que Tía María, de Southern Perú, aún demorará al menos dos años en iniciar producción.
Barreras estructurales
Más allá de las cifras, Julia Torreblanca, presidenta de la SNMPE, remarcó que “tenemos riqueza geológica, ubicación estratégica, fuerza laboral preparada, pero el principal problema no es geológico: es político y normativo”. Según explicó, la tramitología puede extender la puesta en marcha de un proyecto minero “hasta seis o siete años, más del doble que lo que establecen los plazos normativos”.
La ejecutiva advirtió que un retraso de cuatro años en un proyecto modelo genera pérdidas equivalentes a S/ 12,000 millones en PBI, S/ 2,066 millones en recaudación y la no creación de más de 15,000 empleos entre las fases de inversión y operación.
Asimismo, recordó que entre 2021 y el primer trimestre de 2023, once unidades mineras se paralizaron por conflictos sociales en ocho regiones, lo que ocasionó pérdidas de S/7,000 millones en PBI y S/ 1,791 millones en recaudación fiscal, de acuerdo con cifras del Instituto Peruano de Economía (IPE).