Yarabamba y Cerro Colorado concentran altos ingresos por actividad minera, pero gran parte de estos recursos no se transforman en inversiones efectivas año tras año. ¿Cuál es el monto no ejecutado? Aquí los detalles.
Arequipa se prepara para ser la sede de la convención minera Perumin 2025, consolidando su posición como un epicentro clave del sector. Desde 1995, esta región del sur ha sido punto de encuentro habitual para profesionales y empresas especializadas en minería y servicios asociados.
En lo que va del año, Arequipa se ubica como el tercer mayor productor nacional de cobre y oro, y además es la segunda región que más recursos económicos recibe provenientes de la actividad minera. A este contexto se suman nueve iniciativas en etapa de exploración y seis proyectos en desarrollo vinculados a inversión minera, lo que refuerza su protagonismo en la industria extractiva del país.
A pesar de los avances, la región aún enfrenta importantes desafíos, especialmente en el uso efectivo de los fondos provenientes del sector minero, destinados a financiar proyectos públicos a nivel local y regional.
Uno de los aspectos clave a considerar es el llamado «rubro 18» del presupuesto nacional, que agrupa los recursos asignados por canon, sobrecanon, regalías, renta de aduanas y participaciones, siendo los vinculados a la minería los de mayor peso.
En este contexto, Yarabamba y Cerro Colorado, dos distritos arequipeños, se encuentran entre los veinte con mayores ingresos del país dentro de esta categoría. Sin embargo, ambos reflejan una problemática común: no logran ejecutar en su totalidad estos fondos cada año, lo que impide materializar mejoras significativas en sus localidades.
Frente a este panorama, es fundamental analizar cómo ha sido su desempeño financiero durante los últimos cinco años y monitorear su evolución durante el 2025, especialmente considerando el próximo relevo de autoridades locales que podría influir en la gestión de estos importantes recursos.
Yarabamba y Cerro Colorado: baja ejecución del canon minero
La situación actual evidencia que, tras más de medio año transcurrido, ambos distritos han utilizado menos del 36% del dinero asignado en sus presupuestos provenientes del canon y las regalías.
En el caso de Cerro Colorado, que dispone de más de S/ 118 millones, se ha logrado ejecutar solo el 35.1% de esos fondos hasta el 29 de julio. Esto significa que aún queda por invertir cerca de S/ 77 millones.
La situación de Yarabamba es aún más preocupante. A pesar de contar con casi el doble de presupuesto que su distrito vecino —alrededor de S/ 230 millones—, únicamente ha utilizado el 26% de sus recursos, lo que deja un remanente superior a S/ 168 millones para lo que resta del año.
A esto se suma un historial poco favorable: los registros de años anteriores reflejan una gestión incluso más ineficiente. Entre 2020 y 2024, Cerro Colorado apenas ejecutó un promedio del 60% del dinero disponible cada año, lo que equivale a que solo se usaron S/ 6 de cada S/ 10 recibidos del canon y otras fuentes similares.
Más allá de los recursos destinados por la minería al desarrollo de proyectos municipales, Fernández resalta que la minería juega un papel fundamental dentro de la dinámica económica arequipeña. Según Fernández, el impacto minero se refleja inicialmente en el avance tecnológico y la transformación del trabajo, además de promover la creación de empleos. Esto genera una cadena de beneficios en la economía local.
El incremento de oportunidades laborales impulsa el poder adquisitivo de las familias de Arequipa, lo cual se percibe en mayores índices de compra de bienes, principalmente viviendas y autos. Por ejemplo, señala que cada mes se comercializan aproximadamente 1,700 vehículos nuevos y, si se suman los autos de segunda mano, la cifra asciende a unos 3,000 mensuales.
Este crecimiento económico favorecido por la minería también repercute en el desarrollo de otros sectores como el turismo, la hotelería y actividades relacionadas, incentivando la llegada de visitantes y promoviendo el consumo en restaurantes y otros servicios.
No obstante, Fernández hace hincapié en la necesidad de enfrentar, con prioridad, los problemas de inseguridad y falta de seguridad ciudadana que preocupan a la población, una problemática que no solo afecta a Arequipa, sino también a Lima.
