El precio de la plata ha superado los US$ 39 por onza, alcanzando su nivel más alto en casi 14 años, impulsado por la creciente tensión geopolítica y la búsqueda de metales de refugio. Este repunte del 35% solo en lo que va del 2025 ha despertado expectativas sobre su impacto en el desarrollo de proyectos mineros en el Perú, segundo productor mundial de este metal.
Según datos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), la producción nacional de plata alcanzó los 1’169,743 kilogramos finos a abril, un crecimiento del 12.7%, mientras que el INEI reportó un aumento adicional del 1.6% en mayo. Además, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) registró exportaciones de plata refinada por US$ 60 millones, lo que representa un incremento del 26.8% frente al mismo periodo de 2024.
Entre las principales compañías productoras de plata figuran Antamina, Buenaventura, Chinalco, Volcan, Ares y Southern Perú. Al mismo tiempo, se identifican cinco proyectos de exploración y siete más en cartera que podrían activarse en los próximos años, aunque podrían tardar entre cuatro y cinco años en concretarse.
«Lo que normalmente gatilla este aumento de los precios es que haya más interés de empresas de afuera por explotar esos metales (…) Que los proyectos se concreten va a depender también de la permisología que hay en el país, de que se puedan aprobar rápidamente los permisos para explorar y con esos plazos puede acortarse», sostuvo Luis Miguel Inchaustegui, exministro de Energía y Minas.
Uno de los casos más avanzados es el proyecto Corani en Puno, operado por Bear Creek Mining. Aunque se encontraba pausado, la empresa ha mostrado señales de reactivación ante el nuevo escenario de precios. «Todo parece indicar que era por temas económicos que no estaba empezando la empresa (…) Estos precios altos hacen que las empresas puedan conseguir financiamientos o nuevos socios», agregó Inchaustegui.
Sin embargo, Marcial García, líder del sector minero de EY Perú, advirtió que diversos factores estructurales como la tramitología, los conflictos sociales, la minería ilegal y la inestabilidad política pueden frenar el impulso que generan los altos precios. “Cada vez que hay elecciones en el Perú, hay candidatos que proponen reformar la Constitución y eso es un problema. (…) Toda esta inestabilidad jurídica genera un desincentivo por los inversionistas”, afirmó.
A pesar del buen posicionamiento del Perú como productor y exportador de concentrados de plata, el país aún no figura entre los principales vendedores mundiales del metal en todas sus formas. Esto se debería, según los expertos, al tamaño reducido de sus yacimientos y al carácter subterráneo de muchas de sus minas.
«Es por la cantidad de yacimientos que se tienen. El Perú tiene minas importantes pero de tamaño mediano a pequeño de plata. Hay yacimientos de plata enormes en otras partes del mundo», explicó Inchaustegui. Por su parte, García recordó que la plata tiene un peso menor en la canasta exportadora nacional: «El oro y el cobre, que representan casi el 50% de nuestras exportaciones de manera conjunta. El año pasado se exportaron US$ 23,400 millones en cobre, US$ 15,500 millones en oro y apenas US$ 129 millones en plata».
No obstante, la tendencia sigue al alza. Según The Silver Institute, el mercado global podría enfrentar su quinto año consecutivo de déficit. En ese contexto, Inchaustegui resaltó el rol clave de la plata en la transición energética, el metal está ligado con el cambio de la matriz energética, por su necesidad en las centrales fotovoltaicas para impulsar energías renovables.
El escenario actual abre una ventana de oportunidad para dinamizar el desarrollo minero del país, siempre que se logre superar los desafíos internos que frenan las inversiones.