La minera peruana, a través de su filial Conenhua, solicitó al Ministerio de Energía y Minas la concesión definitiva para operar una línea de transmisión de 220 kV que conectará las subestaciones Chilota y San Gabriel. Esta infraestructura es clave para garantizar el suministro eléctrico del proyecto aurífero que entrará en operación en 2025.
La Compañía de Minas Buenaventura ha dado un nuevo paso estratégico en el desarrollo del proyecto minero San Gabriel, ubicado en la región Moquegua. A través de su filial especializada en energía, Compañía de Energía del Sur (Conenhua), la empresa presentó una solicitud ante el Ministerio de Energía y Minas (Minem) para obtener la concesión definitiva de operación de una importante línea de transmisión eléctrica en alta tensión.
La infraestructura propuesta contempla una línea de transmisión en 220 kilovoltios (kV), que enlazará la Subestación Chilota, en la provincia de Mariscal Nieto, con la futura Subestación San Gabriel, que se instalará en la provincia de General Sánchez Cerro. Esta obra será esencial para asegurar el suministro energético del proyecto aurífero San Gabriel, una de las principales apuestas de Buenaventura para los próximos años.
El diseño de la Subestación San Gabriel incluye equipamiento de última tecnología con aislamiento en gas (GIS) y en aire, celdas de llegada de 220 kV, sistemas de media tensión y un transformador con una potencia de hasta 62,5 MVA. Además, se contempla una ampliación de la subestación Chilota, que incorporará una nueva bahía de línea y mejoras en los sistemas de protección y telecomunicaciones.
La obra de transmisión tendrá una longitud aproximada de 96 kilómetros y cruzará por terrenos de alta complejidad geográfica, debido a la ubicación de la mina a más de 4,800 metros sobre el nivel del mar. Esta situación demanda una infraestructura robusta y confiable, capaz de operar en condiciones extremas.
Según fuentes de la compañía, se espera que la solicitud de concesión de operación sea evaluada en el mes de julio, a fin de garantizar que la línea eléctrica esté operativa antes del arranque del proyecto San Gabriel, previsto para octubre de 2025. Esta línea también permitirá integrar futuras expansiones o conexiones de otras fuentes de energía que operen en la zona.
Buenaventura, a través de Conenhua, ya tiene experiencia en el rubro energético. Desde 1983, esta empresa ha operado plantas de generación y transmisión como la central hidroeléctrica Huanza, en Huarochirí, con una capacidad instalada de 99 MW. El modelo de autogeneración eléctrica y la gestión propia de sus redes de transmisión le ha permitido a la compañía optimizar costos y asegurar la autonomía energética de sus operaciones.
El proyecto minero San Gabriel representa una inversión cercana a los 500 millones de dólares y se perfila como uno de los desarrollos auríferos más relevantes del sur del Perú. Al concluir su etapa de construcción, se estima que generará alrededor de 3,000 empleos directos e indirectos, y un importante aporte en canon y regalías para la región.
Con esta nueva infraestructura energética, Buenaventura busca no solo garantizar la viabilidad de su proyecto minero, sino también contribuir al desarrollo eléctrico de una región históricamente desatendida en términos de conectividad energética.