Aunque el país alcanzará una cifra histórica en inversión pública este 2025, el gasto dedicado a innovación, ciencia y tecnología por persona sigue siendo el más bajo de América Latina. La situación plantea serios desafíos para la competitividad y el desarrollo sostenible del Perú.
A pesar de que este año el Perú alcanzará una de las cifras más altas en inversión pública de las últimas décadas superando los S/ 66 mil millones, según datos oficiales del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el país se mantiene en los últimos puestos en un aspecto clave para su desarrollo: la inversión en ciencia, tecnología e innovación (CTI).
De acuerdo con un reciente informe del MEF, el gasto per cápita del Perú en innovación es el más bajo de América Latina, lo que contrasta con los esfuerzos que otros países de la región vienen realizando para posicionarse mejor en la economía del conocimiento y la transformación digital.
La brecha es notoria si se compara con países como Chile, México o Colombia, que en los últimos años han incrementado sostenidamente sus presupuestos destinados a investigación y desarrollo (I+D), así como a la formación de talento científico y tecnológico.
Bajo presupuesto, alto impacto
El gasto en innovación en el Perú representa apenas una fracción mínima del Producto Bruto Interno (PBI), y si bien existen programas impulsados por entidades como ProInnóvate, Concytec o el Ministerio de la Producción, estos no logran compensar la falta de una política nacional más ambiciosa y sostenida.
El problema no es solo la escasez de recursos asignados, sino también la falta de articulación entre sectores y la debilidad institucional para ejecutar con eficiencia esos presupuestos. Muchas iniciativas se pierden por falta de continuidad, escasa medición de impacto o una baja integración con el sector privado y la academia.
Desde el MEF se reconoce que este es un punto débil estructural del modelo económico. Por ello, se han anunciado mejoras en la forma en que se evalúan los proyectos de gasto público, con el objetivo de no solo invertir más, sino hacerlo mejor. “Estamos diseñando mecanismos para medir eficiencia e impacto, y queremos aplicar esos criterios también a sectores como la innovación”, señalaron voceros del ministerio.
Innovar para crecer
Expertos coinciden en que sin un impulso decidido a la innovación, el Perú tendrá dificultades para aumentar su productividad y competir en mercados globales. Además, la falta de inversión en ciencia limita las respuestas del país ante desafíos como el cambio climático, la crisis hídrica, los avances en inteligencia artificial o las nuevas enfermedades emergentes.
Sectores estratégicos como la minería, la agroindustria, la salud, la energía y la educación necesitan con urgencia mayor soporte tecnológico e innovación para seguir creciendo de forma sostenible. La evidencia internacional muestra que las economías que más invierten en I+D logran diversificar su matriz productiva, atraer talento y reducir brechas sociales.
El informe del MEF es un llamado de atención a los tomadores de decisiones: si bien es positivo que el Perú esté aumentando su inversión pública general, es fundamental que parte de ese crecimiento se traduzca en más presupuesto para la ciencia, la tecnología y la innovación, no solo como un gasto, sino como una inversión estratégica en el futuro del país.