La mina Kamoa-Kakula, eje del auge cuprífero del Congo, ha sufrido un retroceso por las intensas filtraciones que afectan su rendimiento y ponen en pausa su operación subterránea.
El Congo había logrado posicionarse como el segundo productor de cobre del planeta, desplazando al Perú, gracias a la destacada producción de la mina Kamoa-Kakula, operada por Ivanhoe Mines en conjunto con las chinas Zijin Mining y CITIC Metal. Sin embargo, el escenario ha cambiado en cuestión de semanas. Un fenómeno sísmico reciente provocó filtraciones de agua que afectaron las zonas subterráneas de la unidad Kakula, base clave del complejo minero.
Este incidente ha comprometido equipos esenciales como sistemas de bombeo, paneles eléctricos y redes de comunicación, lo que llevó a la paralización temporal de la producción. La mina Kakula aporta cerca del 70% del total de cobre que extrae el complejo, por lo que cualquier interrupción en esta área tiene un fuerte impacto en la oferta global del mineral. Analistas del Citi prevén que las operaciones podrían restablecerse recién en el cuarto trimestre, si se logra evacuar el agua con nuevas bombas de gran potencia.
A pesar de este revés, la minera ha iniciado trabajos para reestablecer las condiciones adecuadas. Mientras tanto, el mercado internacional de cobre permanece atento, ya que cualquier variación en la producción de Kamoa-Kakula puede influir en el precio global de este recurso estratégico. El incidente no solo pone en riesgo la posición del Congo como potencia cuprífera, sino que evidencia la fragilidad de la cadena global ante eventos naturales imprevistos.