Karim Batallanos, gerente general de Compañía Minera Antapaccay, destacó que el proyecto Coroccohuayco representa una inversión estimada de US$ 1,800 millones y busca duplicar la producción actual de cobre, pasando de 140,000 a 300,000 toneladas anuales de cobre fino. Este proyecto es considerado la continuidad operativa del yacimiento actual de Antapaccay en Cusco.
Batallanos enfatizó que Coroccohuayco es la mayor oportunidad de desarrollo tanto para la región como para Glencore en el Perú. El proyecto aprovecharía las instalaciones existentes de Antapaccay para optimizar recursos y reducir el impacto ambiental. Tras un rediseño estratégico, se planea convertirlo en una mina a tajo abierto, con la construcción de una faja transportadora de más de 7 kilómetros que conectaría directamente con la planta actual de Antapaccay, evitando duplicar infraestructuras.
En cuanto a la viabilidad ambiental, el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) ya fue presentado al SENACE y se encuentra en proceso de evaluación, con la expectativa de aprobación antes de fin de año. Antapaccay también lidera en sostenibilidad, recirculando el 98% del agua utilizada en sus operaciones y contando con una de las plantas de tratamiento de efluentes más grandes del país, con capacidad de 600 litros por segundo.
Además, se espera que Coroccohuayco sea una operación 100% automatizada, replicando el modelo de eficiencia tecnológica ya implementado en la planta principal de Antapaccay, donde dos operadores controlan remotamente un sistema optimizado por inteligencia artificial. En términos de contribuciones fiscales, se proyecta que el proyecto genere S/ 12,698 millones en impuesto a la renta y regalías, cuadruplicando lo aportado por Antapaccay en los últimos cinco años.
Con estos avances, Coroccohuayco se perfila como un proyecto clave para el desarrollo económico y social de la región Cusco, consolidando el compromiso de Antapaccay con una minería moderna, eficiente y ambientalmente responsable.