El Ministerio de Energía y Minas reportó una caída en la producción formal de oro en Perú durante el primer trimestre del 2025. El retroceso se atribuye al descenso en siete de las diez principales minas del país, así como a una contracción del 18.2% en la mediana y pequeña minería. Yanacocha fue una de las pocas excepciones al alza.
Durante el primer trimestre de 2025, la producción formal de oro en Perú disminuyó un 10.5% respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando las 24.8 toneladas, según datos difundidos por el Ministerio de Energía y Minas (Minem). Este descenso se produjo a pesar de que en marzo se logró una leve recuperación mensual de 0.03%, con una producción de 8.6 millones de gramos finos.
La situación se agrava al considerar que siete de las diez principales minas auríferas del país registraron caídas en sus niveles de producción, según reportes del propio Minem. Estas unidades concentran en conjunto el 57% de la producción formal de oro nacional, por lo que sus variaciones tienen un fuerte impacto en los resultados globales del sector.
Entre las minas con mayor reducción destacan:
- Boroo Misquichilca (La Libertad), con una contracción del 39.6%.
- Minera Shahuindo (Cajamarca), que retrocedió un 13.5%.
- Minera Ares (Ayacucho), con una caída del 9.5%.
- Minera Horizonte (La Libertad), que bajó 8.3%.
- Minera Aurífera Retamas (MARSA) (La Libertad), con una disminución del 5.3%.
- Minera Poderosa (La Libertad), que descendió un 4.8%.
- Minera La Zanja, que redujo su producción en 2.9%.
Frente a este panorama negativo, algunas empresas lograron reportar crecimientos, como Minera Yanacocha (Cajamarca), con un incremento del 15.6%, gracias al reinicio de operaciones en algunos frentes de explotación. También Compañía Minera Coimolache y Consorcio Minero Horizonte mostraron una leve recuperación.
Por otro lado, el Minem también dio cuenta de una contracción del 18.2% en la producción de oro proveniente de la mediana y pequeña minería, que representa el 43% del total formal del país. Esta situación refleja no solo una menor actividad, sino también los efectos de factores estructurales como la inseguridad en zonas mineras, la presión del avance de la minería ilegal y las limitaciones de acceso a financiamiento y tecnología para pequeños operadores.
Cabe resaltar que el oro representa cerca del 30% del PBI minero del país y es el segundo mineral más relevante en exportaciones después del cobre. En ese sentido, una caída sostenida podría tener repercusiones macroeconómicas, particularmente en regiones auríferas como La Libertad, Cajamarca y Ayacucho, que dependen en gran medida de esta actividad extractiva.
Aunque el precio internacional del oro se ha mantenido alto en lo que va del año, superando los US$ 2,300 por onza, la producción nacional no ha logrado capitalizar este contexto favorable. Especialistas del sector señalan que la formalización de la pequeña minería, la mejora de condiciones de seguridad y la estabilidad regulatoria serán claves para revertir esta tendencia en los próximos trimestres.
