El gobierno peruano gestiona acciones diplomáticas y estrategias de diversificación para proteger su principal producto de exportación ante posibles medidas proteccionistas estadounidenses.
Ante la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles a las importaciones de cobre, el gobierno peruano ha iniciado gestiones para evitar que estas medidas afecten negativamente a su economía. El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) ha solicitado formalmente a las autoridades estadounidenses que Perú no sea incluido en eventuales aranceles al cobre, argumentando que el 98% de las exportaciones peruanas a EE.UU. están amparadas por el Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente desde 2009 .
El canciller Elmer Schialer, en declaraciones desde Nueva Delhi, enfatizó que Perú ya está explorando activamente opciones para diversificar sus mercados de exportación, especialmente en el sector del cobre . Esta estrategia busca mitigar el impacto de posibles medidas proteccionistas y fortalecer la resiliencia económica del país.
Por su parte, el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, anunció la preparación de una comitiva que viajará a Estados Unidos para dialogar con funcionarios estadounidenses y expresar la preocupación de Perú ante las posibles medidas arancelarias. Montero destacó que Perú es un aliado estratégico de EE.UU. y que el país busca evitar ser perjudicado por decisiones que respondan a intereses internos de la nación norteamericana.
Expertos del sector minero, como Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), han señalado que, aunque Estados Unidos no es un comprador significativo del cobre peruano—menos del 10% de la producción anual se destina a ese mercado—, la imposición de aranceles podría tener efectos indirectos. Ortiz explicó que un aumento en los precios de productos fabricados con cobre podría reducir la demanda global del metal, afectando así los precios internacionales y, por ende, las economías de países productores como Perú.
En este contexto, el gobierno peruano continúa monitoreando de cerca las decisiones comerciales de Estados Unidos y reforzando sus relaciones con otros mercados internacionales para asegurar la estabilidad de su sector exportador.