Mientras la producción se reduce en fundiciones asiáticas, el precio del cobre enfrenta riesgos por las tensiones económicas en EE.UU. y Europa. El metal clave para la transición energética navega un mercado dividido entre escasez y desaceleración.
El precio del cobre, uno de los metales más relevantes para la industria global y la transición energética, se encuentra en un punto de tensión. Según un reciente informe de Reuters, el mercado del cobre está siendo influenciado por fuerzas contrapuestas: por un lado, una oferta ajustada en las fundiciones de Asia —especialmente en China, principal consumidor mundial— y, por otro, un entorno de incertidumbre económica en Occidente que ha desacelerado la demanda.
Las fundiciones asiáticas han reducido su producción debido a menores márgenes y restricciones logísticas, lo cual ha generado un suministro más limitado del metal refinado. Esta situación ha sostenido momentáneamente los precios, aunque sin un alza sólida debido a la cautela de los mercados financieros ante señales de debilitamiento económico en Estados Unidos y Europa.
Los analistas señalan que los inversores siguen de cerca los movimientos de la Reserva Federal y los datos de empleo e inflación, que podrían afectar la confianza del mercado y, por ende, la demanda industrial del cobre. Mientras tanto, los bajos inventarios en bolsas como la LME (London Metal Exchange) agregan un factor adicional de volatilidad.
El cobre se mantiene así en una especie de “tira y afloja” entre la escasez de corto plazo y las dudas sobre la solidez de la recuperación global, en un contexto donde su rol en energías limpias y electrificación sigue siendo clave.