Washington reconoce que su suministro de minerales esenciales sigue dependiendo del extranjero, con China proporcionando el 70 % de las tierras raras y al menos 15 recursos clave importados.
El gobierno de Estados Unidos ha decidido impulsar la producción de minerales esenciales a nivel nacional mediante una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump. Asimismo, esta medida tiene como objetivo reducir la dependencia de importaciones extranjeras y reforzar el desarrollo de recursos naturales dentro del país.
De la misma manera, como parte de esta estrategia, la administración estadounidense ha invocado la Ley de Producción de Defensa, un mecanismo que permitirá destinar financiamiento, créditos y otros incentivos para fomentar el procesamiento de minerales críticos y tierras raras en territorio estadounidense.
Según información proporcionada a Bloomberg por un funcionario de la Casa Blanca, la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de EE.UU. (USIDFC) trabajará en conjunto con el Departamento de Defensa para financiar nuevas iniciativas en el sector minero.
Además, la orden ejecutiva establece disposiciones para agilizar la obtención de permisos en proyectos de extracción y procesamiento de estos minerales, al mismo tiempo que instruye al Departamento del Interior a priorizar la explotación de recursos en terrenos federales.
Esta decisión responde a la creciente preocupación de Washington y sus aliados por la fuerte presencia de China en el mercado global de procesamiento de minerales esenciales.
Pese a contar con yacimientos de minerales estratégicos, EE.UU. sigue dependiendo en gran medida de importaciones. Datos del gobierno indican que el país importa al menos 15 minerales críticos, con China suministrando el 70 % de las tierras raras utilizadas en la industria estadounidense.
Por otro lado, la administración también ha señalado que el reciente endurecimiento de las restricciones a la exportación por parte del gigante asiático sobre elementos como el germanio, el galio y el antimonio representa un riesgo significativo para la seguridad económica e industrial del país. La Ley de Producción de Defensa, creada en la década de 1950, ha sido utilizada en diversas ocasiones para reforzar sectores estratégicos.
Durante el siglo pasado, por ejemplo, el expresidente Harry Truman la empleó para incrementar la fabricación de acero durante la Guerra de Corea, mientras que la administración de Joe Biden la invocó para estimular la producción interna de materiales esenciales para baterías, como litio, cobalto, níquel, manganeso y grafito, facilitando el acceso a un fondo de 750 millones de dólares para fortalecer la industria.