En julio de 2025, el insumo clave para producir gas licuado de petróleo (GLP) en el país registró la mayor caída dentro de la producción nacional de hidrocarburos, en un contexto donde la demanda interna de combustibles continúa en niveles récord y las inversiones en el sector siguen retrocediendo.
De acuerdo con cifras de Perupetro, la producción de líquidos de gas natural, materia prima para la elaboración de GLP por parte de Pluspetrol, alcanzó 73,736 barriles por día (bpd) en promedio durante julio. Esto representa una disminución de -3.72% frente al mismo mes de 2024, cuando se registraron 76,590 bpd. El promedio anual de 2025, de 71,741 bpd, es además 9.84% menor que el de 2024 (79,573 bpd).
La caída se da en paralelo a un descenso sostenido de la producción de gas natural, que según Osinergmin viene cayendo en los últimos dos años. Este retroceso limita, por ejemplo, la capacidad de aumentar la generación termoeléctrica en épocas de estiaje y reduce la disponibilidad de insumos para el GLP.
Mayor demanda y precios más altos
Pese a esta baja producción, la demanda local de GLP creció 15% respecto a 2024 y 23% frente a 2023, de acuerdo con Osinergmin. Como consecuencia, el Perú se ve obligado a importar volúmenes cada vez mayores de este combustible, lo que incrementa los costos internos debido al flete y otros gastos asociados.
En términos anuales, el regulador estima que el precio del GLP envasado minorista es 2% más alto que en 2024 y 7% superior al registrado en 2023.
En julio, la producción de petróleo alcanzó un promedio diario de 48,438 bpd, 14.8% más que en igual mes de 2024, pero aún por debajo de los niveles prepandemia, que superaban los 61,000 bpd en 2020. La producción de gas natural fue de 1.4 millones de pies cúbicos por día, con una ligera caída de -0.86% interanual.
La menor producción se enmarca en una tendencia de más de una década de caída en las inversiones en hidrocarburos. En 2012 se alcanzó un pico de US$ 1,880 millones, mientras que entre enero y abril de 2025 solo se invirtieron US$ 133 millones, un 5% menos que en el mismo periodo de 2024.
Esto contrasta con las proyecciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que estimaba un crecimiento de 5.8% en inversiones del sector para 2025, hasta alcanzar US$ 597 millones, con actividad en los lotes 58, 95, 56 y 57.
Proyectos y advertencias
El ex presidente de Perupetro, José Mantilla, señaló que la puesta en marcha del Lote 58, que el Ministerio de Energía y Minas espera para inicios de 2026, aún se darían a finales del año entrante. Estimó que es clave aprovechar plenamente los recursos del país para garantizar el suministro sostenido tanto de gas como de líquidos de gas natural, ya que estos últimos representan el 70% de la producción de GLP destinada a cubrir la demanda interna.
También se refirió al anuncio del Minem sobre el inicio de explotación de reservas en Candamo (Cusco, Puno y Madre de Dios) desde 2028, estimadas en 20.4 trillones de pies cúbicos, que podrían duplicar las de Camisea. Sin embargo, Mantilla advirtió que se trata de un anuncio demasiado optimista, ya que la zona es un área natural protegida y se requiere una ley que habilite actividades exploratorias y productivas.
En el III Encuentro Macro Región Sur, la viceministra de Hidrocarburos, Iris Cárdenas, informó que la explotación anticipada en Candamo podría iniciar en marzo de 2028 y la producción comercial en marzo de 2031.
Lo que falta para atraer inversión
El presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos, Felipe Cantuarias, advirtió que el país todavía enfrenta obstáculos para atraer inversiones, entre ellos, que la obtención de una licencia de exploración puede demorar hasta cuatro años. Indicó que este retraso desincentiva a los inversionistas, pese a que el potencial energético del Perú permitiría cubrir hasta el 70% de la demanda nacional de combustibles.
Asimismo, señaló la necesidad de actualizar el sistema de regalías y aplicarlo bajo un esquema similar al de países como Colombia, donde se considera la evolución del precio internacional del crudo. Esta reforma, agregó, debería contemplar también la ubicación de los lotes, ya que operar en la selva peruana puede costar hasta dos veces y media más que en la costa.