En un contexto de creciente presión climática y retos en la gestión de los recursos hídricos, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) ha viabilizado inversiones por más de S/ 9,240 millones en lo que va del 2025, según informó su jefe institucional, José Musayón.
«Estamos reestructurando la institución y fortaleciendo equipos para agilizar los expedientes que ingresan a la ANA», declaró Musayón.
El sector minero lidera la lista con S/ 3,872 millones en proyectos aprobados, seguido por transporte (S/ 1,000 millones), agricultura (S/ 857 millones), hidrocarburos (S/ 810 millones), saneamiento (S/ 513 millones) y electricidad (S/ 511 millones). Aunque los proyectos no se priorizan por región, el funcionario destacó avances en Ica, Arequipa, Junín y Lambayeque, como el destrabe del proyecto Las Bambas, paralizado durante años por la falta de opinión técnica favorable.
«Todos los expedientes son importantes para las inversiones del país, pero este fue un caso destacable», precisó Musayón, subrayando que las opiniones técnicas de la ANA son vinculantes y transversales a diversos sectores.
Medidas para enfrentar la crisis hídrica
Frente a la escasez de agua, la ANA apuesta por potenciar el uso de agua subterránea, recurso históricamente subutilizado. En enero de 2025, emitió la Resolución Jefatural N° 010-2025 que elimina el requisito del estudio hidrogeológico previo para perforar pozos, medida que aplica a empresas de servicios, industria y agricultura familiar. Los productores con hasta 10 hectáreas podrán acceder al recurso sin presentar el estudio técnico, reduciendo hasta 50% el tiempo y costo del trámite.
Sin embargo, la adopción de esta herramienta es todavía limitada. «A seis meses de emitida la norma, solo una municipalidad (Pacora) ha solicitado formalmente el uso del agua subterránea. El resto aún no reacciona», advirtió el titular de la ANA.
Musayón recordó la crisis de Piura en 2024, donde la falta de agua llevó al Ejército y la Policía a custodiar canales. «Si se activaban pozos subterráneos mediante planes de contingencia, el agua superficial disponible podría haberse destinado al sector agrícola y evitado el conflicto», sostuvo. Aunque hoy los reservorios están al 95%-98% de capacidad, alertó que esta situación no es sostenible,«tenemos que dejar de depender exclusivamente del agua superficial y comenzar a pensar también en alternativas como la desalinización de agua de mar».
Seguridad hídrica hacia 2040
La estrategia de la ANA a mediano y largo plazo contempla la construcción de reservorios, el impulso de estudios hidrogeológicos en regiones críticas y la puesta en valor del agua subterránea como recurso clave. «Nosotros no ejecutamos obras, pero damos las herramientas normativas y técnicas para que los diferentes actores puedan actuar a tiempo», concluyó Musayón.