Volvo Construction Equipment (Volvo CE), la división de maquinaria pesada del grupo sueco Volvo, continúa consolidando su presencia en el Perú con una estrategia enfocada en la sostenibilidad y el crecimiento descentralizado. En línea con su meta global de que el 35% de sus ventas provengan de equipos eléctricos al 2030, la compañía avanza en la introducción de maquinaria con cero emisiones en el país, mientras define nuevas zonas para expandir su cobertura, especialmente en la Amazonía peruana.
Raúl D’Angelo, gerente comercial de Volvo CE en Perú, detalló que las ventas de la compañía aumentaron entre 7% y 8% en el primer semestre del año, impulsadas principalmente por los cargadores frontales y las excavadoras. “En algunos segmentos y modelos incluso hemos alcanzado niveles de liderazgo”, indicó.
Con una proyección de cierre de año que anticipa un crecimiento del 10%, D’Angelo consideró viable esta meta, aunque existe margen para un mayor impulso si se activan grandes proyectos como Tía María, Zafranal o las obras de reconstrucción en el norte del país. «Si varios de estos frentes se movilizan en simultáneo, podríamos ver una mayor dinámica en la demanda», mencionó.
El sector minero representa más del 40% de las ventas locales de Volvo CE, principalmente en labores de soporte a operaciones. “No estamos hablando de la actividad extractiva en sí, sino de los trabajos de soporte que permiten que las operaciones sigan funcionando”, explicó.
Despegue eléctrico
Volvo CE ya ha iniciado la operación de maquinaria eléctrica en Perú, incluyendo el cargador frontal L120 eléctrico, con dos unidades activas, una de ellas funcionando a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar. “A diferencia del cargador, que puede trasladarse a un punto de carga, la excavadora necesita soluciones de abastecimiento específicas dentro de la faena”, indicó D’Angelo, en referencia al próximo lanzamiento de una excavadora eléctrica.
La visión de largo plazo contempla que “en el Perú, la adopción aún es incipiente debido a que estas máquinas operan directamente en zonas remotas, lo que obliga a los usuarios a implementar soluciones energéticas in situ. No obstante, confiamos en liderar este cambio en el sector, impulsando un ecosistema que abarque desde maquinaria pesada hasta vehículos auxiliares como pickups y volquetes eléctricos”, precisó.
Simultáneamente, la compañía seguirá renovando su línea a combustión. “Esta tecnología, que ya empezó a llegar al país, permitirá a Volvo reforzar su competitividad de cara al 2026. En el caso de los cargadores frontales, la migración a la serie H ya se completó a fines de 2024”, afirmó.
Crecimiento físico y técnico
Actualmente, Volvo CE cuenta con 29 puntos de venta y talleres en todo el país. Aunque la cobertura en la costa y la sierra es sólida, la selva peruana aún representa un reto. “Ese es un punto pendiente. Llegamos hasta Pucallpa, pero más allá de eso aún hay oportunidades de mejora (para abrir nuevos locales)”, reconoció D’Angelo.
Además, explicó que la lógica operativa del negocio exige un enfoque técnico descentralizado. “Cuando una máquina presenta una falla, la intervención suele realizarse en la misma faena. Si eso no es posible, se retira únicamente el componente defectuoso para su reparación en taller. El traslado completo de la unidad se reserva solo para casos extremos, dado su alto costo operativo. Por ello, aunque la infraestructura física es importante, la clave está en tener técnicos capacitados y equipados de manera descentralizada para atender cualquier eventualidad sobre el terreno”, concluyó.
Con estos pasos, Volvo CE se posiciona como un actor clave en la transición hacia una maquinaria más limpia y eficiente, adaptándose a las necesidades de un mercado en evolución y contribuyendo a una construcción más sostenible en el Perú.