Los costos marginales de producción eléctrica en el Perú registraron en abril su nivel más bajo en seis años. Según datos de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), el costo marginal promedio en el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) se situó en US$ 21 por megavatio-hora (MWh), lo que representa una caída del 15% respecto al mismo mes del año anterior, y un descenso del 29% frente a marzo de este año.
Este retroceso, según especialistas del sector, se explica principalmente por dos factores: la mayor disponibilidad de energía hidroeléctrica, tras la normalización de las lluvias en el país, y una creciente participación de energías renovables no convencionales, como la solar y la eólica.
Repunte de la energía limpia
Las cifras proporcionadas por la SNMPE muestran un cambio notable en la matriz de generación eléctrica. En abril, el 64.2% de la electricidad fue generada por hidroeléctricas, mientras que las térmicas a gas natural aportaron un 25.6%. Las energías renovables, por su parte, alcanzaron una participación del 10.2%, una cifra destacable si se compara con años anteriores, donde su presencia era aún marginal.
Para el ex viceministro de Energía, Luis Espinoza, este resultado es coherente con las condiciones actuales del sistema, con la recuperación del caudal en los ríos y el ingreso de nuevas plantas solares y eólicas, el sistema requiere menos generación térmica, lo cual reduce directamente los costos marginales.
Un alivio que no llega al usuario común
Pese al descenso en los costos de producción, los usuarios regulados –es decir, hogares y pequeñas empresas– no verán un impacto inmediato en sus recibos de luz. Esto se debe a que las distribuidoras eléctricas compran energía a través de contratos de largo plazo a precios fijos, que no se ven afectados por las variaciones del costo marginal.
Quienes sí podrían beneficiarse en el corto plazo son los clientes libres, como algunas empresas, especialmente aquellas con contratos indexados al costo marginal. No obstante, gran parte del sector industrial opera con contratos a precio fijo, por lo que el efecto es desigual.
Espinoza señala que una parte del mercado libre podría experimentar rebajas en sus facturas, pero para el grueso de usuarios regulados, el cambio solo se reflejará cuando se convoquen nuevas licitaciones de compra de energía.
Contexto de alza y recuperación
La caída actual contrasta con la situación vivida entre 2023 y principios de 2024, cuando los costos marginales se dispararon a raíz de una prolongada sequía provocada por el fenómeno La Niña. En ese periodo, el sistema recurrió intensamente a la generación con diésel, de mayor costo, alcanzando precios que oscilaron entre US$ 170 y US$ 200 por MWh.
La situación también afectó a sectores estratégicos como la minería. De acuerdo con un informe de EY Perú, entre 2019 y 2024 los costos de producción de cobre se incrementaron en más de 34%, en parte por el alza de precios de la energía eléctrica, que aumentaron en un 62.8% en ese mismo periodo.
Mirada al futuro: renovables como oportunidad
Para Rafael Laca, consultor en energía de la firma EnerKory, la actual reducción debería impulsar una mayor apuesta por las renovables. El hecho de que hoy las tecnologías RER estén contribuyendo a reducir costos marginales es un indicio de que el sistema puede beneficiarse aún más si continúa integrándolas con mayor fuerza, afirmó.
Aunque los usuarios regulados aún no sientan el alivio en sus bolsillos, los especialistas coinciden en que los próximos procesos de licitación de las distribuidoras podrían permitir acceder a energía más barata, siempre que se mantenga la tendencia de expansión de las fuentes limpias.
Por ahora, el sistema eléctrico peruano muestra señales de recuperación y eficiencia. La energía está más barata en su origen, y el reto será que esa ventaja se traduzca, a mediano plazo, en tarifas más accesibles para todos los peruanos.