Washington acusa a Pekín de incumplir acuerdos sobre exportaciones de tierras raras, mientras mantiene restricciones tecnológicas, intensificando la disputa comercial entre ambas potencias.
Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China han vuelto a tensarse debido a desacuerdos en torno a los minerales críticos, esenciales para las industrias tecnológica y de defensa. El presidente Donald Trump acusó a China de no cumplir con el acuerdo alcanzado en Ginebra, que estipulaba la liberación de exportaciones clave a cambio de una reducción arancelaria.
A pesar de las exigencias de Washington, Pekín ha mantenido restricciones a la exportación de tierras raras, elementos fundamentales para la fabricación de productos electrónicos avanzados. Esta situación ha generado preocupación en EE. UU., dada su dependencia de China para el suministro de estos minerales.
En respuesta, la administración Trump ha considerado medidas para diversificar sus fuentes de minerales críticos, incluyendo acuerdos con otros países y el impulso de la producción nacional. Sin embargo, la falta de avances concretos ha mantenido la incertidumbre en los mercados y ha complicado las relaciones bilaterales.
La disputa actual refleja la creciente competencia entre ambas naciones por el control de recursos estratégicos, en un contexto donde los minerales críticos se han convertido en un elemento central de la seguridad económica y tecnológica.