Con presión creciente por parte de los mercados internacionales, el sector minero en Perú acelera su transición hacia operaciones más limpias mediante tecnologías que optimizan el uso de energía y reducen su huella ambiental.
En un contexto global donde la sostenibilidad marca la pauta, el sector minero peruano, pilar de la economía nacional con más de mil unidades activas, enfrenta el reto de modernizar su gestión energética para mantenerse competitivo y reducir su impacto ambiental. La diversificación de la matriz energética y la incorporación de tecnología avanzada son ahora aspectos centrales en esta transformación.
Asimismo, durante 2023, más de la mitad de la electricidad producida en el país (53%) provino de fuentes renovables como la solar, eólica e hidroeléctrica, mientras que el 47% restante se generó a partir de combustibles fósiles, especialmente gas natural, según cifras del COES. Esta combinación energética evidencia tanto un avance como un área pendiente de mejora, particularmente para industrias intensivas como la minería.
De esta manera, la presión internacional por cadenas de suministro limpias y verificables exige a las empresas mineras una operación más transparente, con menores emisiones y un uso racional de la energía. De ahí que se vuelva imprescindible adoptar herramientas que ayuden a reducir consumos innecesarios sin sacrificar el rendimiento.
Una respuesta a este desafío viene del lado de la innovación tecnológica. “El foco ya no está solo en cuánto se extrae, sino en cómo se hace. La sostenibilidad en minería comienza con una administración energética inteligente”, afirma Orlando Lara, directivo de Schneider Electric especializado en soluciones para el rubro minero.
Por otro lado, entre las herramientas más prometedoras destaca EcoStruxure, una plataforma (IoT) desarrollada por Schneider Electric que permite una visión integral del consumo energético en tiempo real. Esta tecnología conecta sensores, maquinaria e infraestructura crítica con sistemas de automatización y análisis predictivo, optimizando el funcionamiento de motores, ventiladores, bombas y subestaciones.
El impacto es tangible: permite ajustar la demanda energética según las necesidades operativas del momento, evitar consumos innecesarios y anticiparse a fallos técnicos que podrían interrumpir la producción. Además, gracias a su arquitectura abierta, EcoStruxure puede integrarse con diversas tecnologías existentes en el entorno minero, lo que facilita su implementación.
Así, la minería del futuro no solo apunta a una mayor productividad, sino a una transformación integral que conjugue eficiencia, sostenibilidad y digitalización, marcando un nuevo estándar para la industria extractiva en el Perú y más allá.
