Áncash, Apurímac y Moquegua se consolidan como las principales beneficiarias de las regalías mineras, recursos que financian obras públicas y servicios esenciales en sus comunidades.
Las transferencias por concepto de regalías mineras continúan representando una fuente clave de financiamiento para las regiones productoras. De acuerdo con cifras oficiales, Áncash, Apurímac y Moquegua han acumulado más de S/ 341 millones en lo que va del año. Áncash encabeza el ranking con S/ 142.9 millones, mientras que Apurímac y Moquegua recibieron S/ 121 millones y S/ 77.5 millones, respectivamente. Estos recursos provienen directamente de las operaciones de grandes proyectos mineros ubicados en sus territorios.
En el caso de Áncash, buena parte de los ingresos se vincula con la actividad de la mina Antamina, una de las más importantes del país. Apurímac y Moquegua también se ven favorecidas gracias al desempeño de unidades mineras de gran escala. Este flujo económico ha permitido a los gobiernos regionales y locales financiar infraestructura, fortalecer servicios básicos como salud y educación, y ejecutar proyectos sociales que impactan directamente en la calidad de vida de la población.
La distribución eficiente de estas regalías no solo es vital para atender necesidades urgentes, sino también para generar condiciones de desarrollo a largo plazo. Por ello, el buen manejo de estos fondos representa un desafío constante para las autoridades, que deben asegurar que cada sol invertido se traduzca en beneficios tangibles para las comunidades.
