Olympic destaca el enorme potencial de gas natural en la cuenca Talara, que podría alcanzar hasta 5 TCF, pero enfrenta desafíos como falta de infraestructura y conflictos sociales.
Durante el evento Perú Energía 2025, Kiko Valencia, jefe de Exploración de Olympic, presentó una visión renovada sobre las oportunidades energéticas que ofrece la cuenca de Talara, una de las zonas con mayor promesa para el desarrollo de gas natural en el país. Según explicó, esta cuenca puede dividirse en seis subcuencas principales siendo estas: Óranos, Siches, Malacas, Laguna/Pazul, Lagunitos y Bayóvar que son separadas por estructuras geológicas elevadas que delimitan zonas con fuerte acumulación de hidrocarburos.
Estas subcuencas albergan campos históricos como Peña Negra-El Alto, Lobitos, Negritos, Paita y San Pedro, todos relevantes para la producción energética del noroeste peruano. Actualmente, la región produce cerca de 60 millones de pies cúbicos diarios de gas natural, de los cuales Olympic aporta casi la mitad, con 27 millones. No obstante, una parte significativa del gas se pierde por la falta de infraestructura de transporte y comercialización: en 2022, se reinyectaron diariamente 25.6 millones de pies cúbicos y se quemaron otros 4.4 millones.
Valencia subrayó que ya se cuenta con 422 BCF (billones de pies cúbicos) de reservas probadas, 400 BCF en tierra firme y 22 BCF en áreas marinas, pero el verdadero valor radica en el potencial aún por explorar. Con recursos contingentes y prospectivos, la zona podría alcanzar casi 5 TCF (trillones de pies cúbicos), aunque muchos de estos volúmenes se encuentran en zonas con limitada información sísmica.
Entre 2022 y 2024, Olympic invirtió en mejorar esa brecha, con campañas de sísmica 2D (60 km2) y 3D (50 km2), así como la perforación de un pozo exploratorio que confirmó reservas por 76 BCF. Esta experiencia confirma que, con datos geológicos precisos, el potencial puede convertirse en proyectos concretos.
Los retos para consolidar este desarrollo incluyen: afinar la correlación entre datos sísmicos y geológicos, avanzar en la exploración de zonas más profundas, evaluar la posibilidad de explotar recursos no convencionales y analizar la instalación de una planta petroquímica que aproveche el gas disponible, como una fábrica de urea. Asimismo, Valencia enfatizó la necesidad de resolver los conflictos sociales, especialmente en Bayóvar, donde se concentran recursos estratégicos aún sin explotar.
El ejecutivo resaltó que la cuenca Talara cuenta con al menos tres formaciones generadoras activas, cocinas maduras para la producción de gas y petróleo, acceso a tecnología sísmica moderna que permite reducir riesgos exploratorios y un portafolio con amplio margen de crecimiento. Con el apoyo necesario, esta región podría convertirse en un eje clave para el desarrollo energético del norte del Perú.
