Tras facturar US$ 40 millones en 2024, la firma chilena —con más de dos décadas en Perú— busca elevar su cartera a US$ 50 millones este año y sumar al menos tres nuevos contratos.
El plan de crecimiento de Mas Errázuriz para este año apunta alto. La compañía de origen chileno, especializada en proyectos de minería e infraestructura, estima cerrar el 2025 con un incremento cercano al 25% en sus operaciones en Perú, apalancado en su participación activa en obras civiles, montajes electromecánicos y movimiento de tierra.
En 2024, la firma alcanzó una facturación de US$ 40 millones en el país, impulsada por trabajos emblemáticos como la construcción del túnel de 1.5 kilómetros en la Quebrada San Idelfonso para la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), así como por labores subterráneas en la mina San Gabriel, de la empresa Buenaventura.
Con más de dos décadas de presencia continua en territorio peruano, la empresa apunta a cerrar este año con una cartera valorizada en US$ 50 millones y sumar al menos tres contratos adicionales, lo que reforzará su posicionamiento en sectores clave y permitirá ampliar la variedad de sus servicios.
Según Diego Morales Aramburú, gerente general de Mas Errázuriz en Perú, el crecimiento proyectado responde al compromiso de la firma con el desarrollo técnico y social del país. “Nuestro enfoque para 2025 combina eficiencia operativa con innovación, apuntando a proyectos que no solo transforman la infraestructura, sino que también generan valor en las comunidades”, señaló.
El portafolio de la compañía se estructura en tres áreas principales: obras subterráneas, obras civiles y montajes electromecánicos, y movimiento de tierra. En 2024, cerca del 80% de sus ingresos locales provinieron del segmento subterráneo. Un año antes, el mayor dinamismo lo tuvo el rubro de movimiento de tierra. Para este 2025, la apuesta es lograr un mayor equilibrio entre las líneas de negocio, con una estrategia orientada a capturar oportunidades en obras de superficie.
A nivel regional, Mas Errázuriz registró una facturación cercana a los US$ 150 millones el año pasado, gracias a su fuerte presencia en Chile y al desarrollo de nuevas operaciones en otros mercados de América Latina. Actualmente, la compañía continúa avanzando en su crecimiento en países como Brasil, Colombia, Ecuador y Argentina.
“Nos interesa seguir ampliando nuestro alcance en la región, incursionando en sectores estratégicos que demandan infraestructura moderna y soluciones de ingeniería a gran escala”, agregó Morales.