En enero de 2025, la economía peruana avanzó un 4.1%, prolongando la tendencia positiva de finales de 2024. No obstante, en términos de crecimiento acumulado desde 2019, el país sigue rezagado en la región, solo por delante de México.
El Instituto Peruano de Economía (IPE) revisó sus estimaciones de crecimiento para el Producto Bruto Interno (PBI) en 2025, elevándolas levemente a 3.1%, tras haber previsto un 3.0% anteriormente. En contraste, las proyecciones para 2026 fueron recortadas de 2.3% a 2.0%.
El ajuste al alza en la estimación del próximo año responde, en gran medida, al repunte de la inversión pública registrado en los primeros meses de 2025, así como a la recuperación sostenida del gasto privado. Factores como la confianza empresarial en ascenso, el inicio de proyectos mineros estratégicos—entre ellos Tía María, Zafranal y Reposición Antamina—y una inflación contenida dentro del rango del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) están contribuyendo a este escenario favorable. Además, el incremento del empleo formal y la mejora en los ingresos reales han impulsado el consumo privado.
Sin embargo, el IPE alertó que la estabilidad económica en los próximos años podría verse afectada por la necesidad de consolidar las cuentas fiscales. De la misma manera, la entidad señaló que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha incumplido las reglas fiscales de manera reiterada, lo que mantendría el déficit público por encima de las metas establecidas.
Asimismo, en 2025, se espera que el déficit fiscal cierre en 2.8% del PBI, superando el objetivo de 2.2% y marcando el tercer año consecutivo de incumplimiento. Para 2026, la reducción del déficit se vería comprometida por el fin de ingresos extraordinarios y el impacto de la incertidumbre electoral en la actividad económica.
Crecimiento económico y perspectivas para 2025
Por otro lado, en términos de actividad económica, la economía peruana experimentó un crecimiento del 4.1% en enero de 2025, manteniendo la tendencia positiva observada en los últimos meses de 2024. A pesar de esta expansión, el país sigue rezagado en comparación con otras economías de la región, ubicándose apenas por encima de México en términos de crecimiento acumulado desde 2019.
Las cifras iniciales de 2025 indican que el dinamismo económico ha continuado impulsado por el consumo privado. Durante enero, sectores como comercio y servicios, estrechamente vinculados al consumo, registraron un crecimiento del 3.3%, reflejando el aumento de la masa salarial formal, que avanzó un 6.7%.
Del mismo modo, el gasto público mostró un desempeño positivo en el primer bimestre del año, con una inversión pública que creció, en promedio, un 22.2%, debido a un mayor desembolso de recursos a nivel nacional, regional y local.
Por otra parte, durante el 2024, el principal motor de crecimiento fue el gasto privado, impulsado por la reactivación gradual de la inversión y una aceleración del consumo. La confianza empresarial jugó un papel clave, ya que las expectativas del sector privado se mantuvieron en terreno optimista durante seis meses consecutivos en la segunda mitad del año, una tendencia no observada desde 2019.
A esto se sumó una mejora progresiva en el mercado laboral y un entorno de inflación controlada, factores que favorecieron la expansión del consumo de los hogares.
