El tratamiento de minerales es una etapa esencial en la industria minera, pues posibilita la separación y concentración de los componentes valiosos presentes en los minerales extraídos del subsuelo.
Este proceso resulta vital para la obtención de metales como el cobre, oro, plata e hierro, los cuales tienen aplicaciones en múltiples sectores industriales. Gracias a tecnologías avanzadas y métodos especializados, las empresas mineras logran optimizar sus operaciones y disminuir el impacto ambiental.El primer paso en el procesamiento es la conminución, que consiste en reducir el tamaño del material extraído mediante operaciones de chancado y molienda.
Durante el chancado se utilizan trituradoras de mandíbulas, giratorias o de cono para fragmentar las rocas en tamaños más manejables. A continuación, la molienda se lleva a cabo con molinos de bolas o de barras, pulverizando el material para facilitar la liberación de los minerales de interés.
Una vez reducido el tamaño del mineral, se procede a la clasificación y separación del material. En esta fase se aplican técnicas como el cribado y el uso de ciclones para separar por tamaño, junto con métodos basados en la densidad o las propiedades magnéticas, permitiendo obtener fracciones homogéneas y eliminar impurezas que podrían interferir en etapas posteriores.El siguiente objetivo es concentrar el mineral, incrementando la proporción del metal valioso en la mezcla.
Entre los métodos más comunes se encuentra la flotación, que utiliza reactivos químicos y burbujas de aire para hacer que las partículas de mineral se adhieran y se separen de la ganga; la separación magnética, especialmente eficaz para minerales ferrosos como la magnetita; y la lixiviación, proceso químico que disuelve los metales valiosos, tal como ocurre con el oro y el cobre en soluciones ácidas o cianuradas.
Posteriormente, se realiza la deshidratación y filtración del concentrado, sometiéndolo a espesadores y filtros para eliminar el exceso de agua.
Este paso es crucial para mejorar la eficiencia en el transporte y en la fundición del concentrado, además de contribuir a la recuperación y reutilización del agua en la planta, lo que resulta fundamental para la sostenibilidad minera.Finalmente, el concentrado se dirige a la fundición y refinación, procesos en los que los metales se separan y purifican.