A más de 4,000 metros de altura, la microcuenca de Otora, en Moquegua, se caracteriza por sus pampas y planicies onduladas. En este entorno, las comunidades campesinas que habitan la zona se dedican principalmente a la ganadería de camélidos, enfrentando el reto de contar con forraje de calidad y combatir la erosión del suelo.
Con el fin de apoyar a estas comunidades, Anglo American se ha asociado con el Programa Agrorural para llevar a cabo un proyecto que restaurará las praderas en la zona de Pampa Cuellar. Este proyecto consistirá en la siembra de mil plantones de queñua, un árbol representativo de la región de Moquegua. La presencia de estos árboles incrementará la disponibilidad de forraje de alta calidad, ayudará a prevenir la erosión del suelo, facilitará el almacenamiento natural de agua y creará un ecosistema favorable para otras especies.
“Este proyecto es un ejemplo de cómo podemos trabajar juntos para proteger el medio ambiente y promover el desarrollo sostenible”, afirmó Enrique Cachicatari, supervisor de Biodiversidad y Cierre de Anglo American.
Estas condiciones favorecerán la realización de actividades agropecuarias de manera sostenible, beneficiando directamente a los productores de la microcuenca Otora y, de forma indirecta, a más de 5,000 habitantes de comunidades cercanas.
Los plantones de queñua fueron cultivados en el avanzado invernadero autónomo de Quellaveco y sembrados durante una actividad colectiva en la que participaron representantes de Agrorural, Serfor, Anglo American y las comunidades locales.
El Invernadero de Quellaveco se ha establecido como un centro de investigación y propagación de especies nativas de Moquegua, y hoy es considerado una de las instalaciones más avanzadas de su tipo en el continente. Esta experiencia ha permitido proporcionar los ejemplares nativos para el proyecto, además de colaborar en la validación de las áreas de recuperación, intangibilidad, entre otros aspectos.
El proyecto también incluye diversas intervenciones técnicas en un área de 100 hectáreas, tales como la instalación de un cercado perimetral para proteger esta superficie y controlar el sobrepastoreo durante un periodo de tres años, así como la construcción de 12 kilómetros de zanjas de infiltración, lo que garantizará la disponibilidad de agua para el riego. Una vez completada esta fase, la comunidad podrá acceder a este pastizal de manera regulada.
Esta iniciativa forma parte del proyecto más amplio denominado «Mejoramiento del Servicio de Recarga Hídrica y Aprovechamiento de Agua de Lluvia en 14 Departamentos», promovido por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI).