Perú avanza en su proceso de adhesión a la OCDE con grandes expectativas
El Perú ha dado pasos firmes hacia su incorporación a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), marcando un hito en su trayectoria como nación en busca de mayores estándares de desarrollo.
La relación del país con la OCDE comenzó en 1998, cuando tuvo su primer contacto con el Comité de Inversiones, al que se integró oficialmente en 2008. En 2012, presentó su solicitud formal para unirse a la organización, lo que dio inicio a una política de Estado sostenida y respaldada por distintas administraciones a lo largo de los años.
“Consideramos que este proceso de adhesión será determinante para mejorar la gobernanza y la complejidad del país. Es un proceso que involucra a diferentes actores; si bien es cierto hay cerca de 400 funcionarios públicos que están trabajando las distintas reformas, es un proceso en donde el sector empresarial y los otros poderes del Estado son claves para que se pueda avanzar”, explicó Ana Rosa Valdivieso, Alta Representante para el Proceso de Adhesión del Perú a la OCDE.
Desafíos y recomendaciones en el camino
En 2022, el Perú recibió la invitación formal para formar parte de la OCDE, lo que marcó el inicio de un intenso trabajo bajo una hoja de ruta basada en recomendaciones. Esta hoja de ruta involucra 24 comités que evalúan áreas como gobernanza, reformas estructurales, crecimiento inclusivo, infraestructura, digitalización y cuidado del medio ambiente y biodiversidad.
“Recibimos una hoja de ruta que se basa en recomendaciones y la participación de 24 comités que nos a ayudan en gobernanza, reforma estructural y crecimiento sostenido inclusivo al comercio abierto, infraestructura, transportes y servicios básicos, crecimiento inclusivo con igualdad de oportunidades, digitalización y medio ambiente y biodiversidad”, indicó Valdivieso al suplemento Económika del diario El Peruano.
Hasta ahora, el país ha recibido recomendaciones de cinco comités: presupuesto, relaciones internacionales, políticas regulatorias, políticas ambientales y gobernanza pública. Entre las sugerencias destaca la necesidad de simplificar los procesos burocráticos, fortalecer los análisis de impacto regulatorio y establecer procedimientos administrativos más eficientes y transparentes.
En el ámbito de gobernanza pública, las recomendaciones abarcan desde garantizar un sistema de justicia independiente y efectivo hasta intensificar la lucha contra la corrupción en todos los niveles del Estado.
En cuanto a infraestructura, un área crítica para el desarrollo del país, se identificó una brecha equivalente al 50% del Producto Bruto Interno (PBI). La OCDE enfatizó la importancia de promover alianzas público-privadas (APP) más transparentes y con reglas claras para incentivar la participación del sector empresarial. También destacó la necesidad de optimizar los procesos de licitación para mejorar la ejecución de proyectos.
Un proceso de interés nacional
Valdivieso subrayó que la adhesión a la OCDE ha sido declarada como una política de Estado y no se limita únicamente al Ejecutivo. “Es una política de Estado. No es un proceso exclusivo del Ejecutivo, en él participan otros poderes, como el Congreso, pero también será muy importante la participación de las empresas, sector clave en muchas de las reformas vinculadas a la lucha contra la informalidad, al incremento de la competitividad y al aumento de la productividad”, señaló.
La funcionaria también destacó el rol estratégico de este proceso en la estabilidad democrática. “Es una oportunidad estratégica. Hay una iniciativa para que el Estado establezca un comité consultivo liderado por empresarios, la academia y los jóvenes que implemente estas recomendaciones”, añadió.
Progreso notable y retos por superar
Según la OCDE, el Perú ha experimentado un destacado avance económico y social desde el inicio de este siglo. Entre 2000 y 2015, el crecimiento promedio anual del PBI fue del 5.1%, superando ampliamente el promedio regional de América Latina y el Caribe, que se situó en 3.1%.
Este crecimiento permitió que el Perú alcanzara el estatus de país de renta media-alta en 2008 y promovió la expansión de una clase media que hoy representa cerca de un tercio de la población. “Estos avances permitieron a la población peruana alcanzar mayores grados de bienestar y mayor acceso a oportunidades”, subrayó la organización.
Con estos antecedentes, el Perú busca consolidar sus logros y superar los desafíos que plantea su incorporación a la OCDE, con la meta de garantizar un desarrollo sostenible e inclusivo.