El pasado 03 de junio, los precios del cobre cayeron por debajo de la marca clave de 10.000 dólares por tonelada por primera vez en tres semanas, debido a la consolidación continua y la baja demanda en China, el principal consumidor mundial. A las 1056 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) descendió un 1,6%, situándose en 9.979,5 dólares por tonelada, tras haber caído a 9.964,5 dólares, su nivel más bajo desde el 13 de mayo.
Carsten Menke, de Julius Baer, señaló que los débiles datos manufactureros en Estados Unidos y los altos inventarios de cobre en Shanghái, considerados un indicador clave de la demanda física, han mantenido la demanda baja. Según Menke, la consolidación del cobre podría continuar hasta que haya pruebas claras de una recuperación del sector manufacturero global.
Los datos económicos débiles de Estados Unidos han reforzado la expectativa de que la Reserva Federal podría recortar las tasas de interés antes de lo previsto, lo que ha ayudado al dólar a recuperarse. Un dólar más fuerte encarece los metales para los tenedores de otras divisas.
El cobre, ampliamente utilizado en cables e infraestructuras por su conductividad, ha alcanzado máximos históricos en las bolsas de Londres, Chicago y Shanghái en los últimos dos meses. Sin embargo, este avance ha frenado la demanda física. Los inventarios en la LME alcanzaron un máximo de seis semanas de 118.950 toneladas, con entregas en almacenes registrados en Taiwán. Las existencias en Shanghái también se mantienen cerca de las 300.000 toneladas desde marzo.
En otros metales básicos, el zinc en la LME alcanzó un mínimo de tres semanas de 2.909 dólares por tonelada y luego bajó un 0,5% a 2.927 dólares; el aluminio cayó un 0,7% a 2.642,5 dólares; el níquel descendió un 1,1% a 19.200 dólares; el estaño disminuyó un 1,1% a 31.980 dólares; y el plomo retrocedió un 0,9% a 2.267,5 dólares.
